En este artículo trataremos de la noción de "Comunicación Transdisciplinaria", y enfatizamos, en lo posible, en la importancia de clarificar términos como "interdisciplinario" y "transdisciplinario" para mejorar la comunicación, especialmente debido a la polisemia y las connotaciones contextuales de estas palabras. Trataremos de subrayar que el término "transdisciplinaria" es un adjetivo que califica al sustantivo "comunicación", y hereda todos los predicados de este último, de acuerdo a la Lógica de Predicados, basada en la Lógica Categorial de Aristóteles o de la “Lógica de términos” como también es conocida. Por otro lado ejemplos como las matemáticas o los lenguajes de programación ilustran que tener aplicaciones transdisciplinarias no equivale a ser efectivo para la comunicación transdisciplinaria. El artículo sugiere métodos para una traducción activa de términos técnicos, destacando que esta requiere entender el contexto y el contenido, y no se trata solo de manejar idiomas. Se trata de una traducción activa y no pasiva. La traducción activa puede ser útil incluso dentro de un mismo idioma, al adaptar conceptos para audiencias de distintas disciplinas o contextos sociales. También propondremos el uso del inter-textualismo como herramienta para facilitar la comunicación técnica en contextos transdisciplinarios. Y se enfatiza en la diferencia entre conocer y entender, tomando como referencia 1) la famosa frase atribuida a Albert Einstein: “Si no puedes explicarlo de manera simple, no lo entiendes lo suficientemente bien”, y 2) la metodología de aprender enseñando de Richard Feynman. Ambos destacan la importancia de entender para comunicar efectivamente con ejemplos, que incluyen explicar ideas complejas como la mecánica cuántica a públicos no especializados. En síntesis, en el artículo buscamos promover una comunicación transdisciplinaria efectiva basada en claridad conceptual, amplia comprensión y adecuado entendimiento, así como en vias de traducción activa, entre los lenguajes intra- o inter-disciplinarios y lenguajes trans-disciplinario.

En la performance musical el intérprete, la obra y el público se encuentran en estrecha relación de forma dialógica, es decir, existe una influencia mutua entre ellos formando un todo, en el que se comunican para fundirse en una misma realidad emocional. Al darse esta transformación emocional entre ellos, se genera una historia única e irrepetible con un sentido cuántico desde el enfoque transdisciplinario, que hace del todo, más que la suma de las partes.

Esta perspectiva sintetiza la transdisciplinariedad y la carga de emotividad que caracteriza a cada performance musical, como un hecho único, irrepetible y total.

En este texto analizamos cómo es que se lleva a cabo este proceso de diálogo emocional, una experiencia trans-emotiva de vida en la performance musical, al establecerse este diálogo emocional que se crea entre la obra, el ejecutante y público.

El intérprete debe realizar un proceso reflexivo y de autoconocimiento, a partir de los momentos más significativos de la experiencia trans-emocional, para su desarrollo auto-formativo como músico profesional.

La Química como disciplina perteneciente a las ciencias duras presenta obstáculos para su abordaje debido a su complejidad intrínseca. Sin embargo dichas dificultades pueden reducirse si se emplean analogías y relaciones con la vida cotidiana para intentar hacerla asequible para todas las personas.

Aprender a leer y escribir en química representa un verdadero desafío, pero imprescindible para poder abordar los contenidos disciplinares. El lenguaje simbólico de la química es universal y podríamos hacer un paralelismo entre el aprendizaje de cualquier lengua con la de la química, iniciando por el alfabeto (tabla periódica), continuando con uniones de letras para formar palabras (enlace químico) y sus respectivas reglas ortográficas (propiedades periódicas). Luego, las reacciones químicas de formación de compuestos encuentran su correlato en la vida cotidiana, dado que es habitual mezclar diferentes ingredientes (reactivos) para realizar variadas preparaciones (productos de reacción). Y si continuamos con la imagen de la vida cotidiana, a la luz de los conocimientos químicos, podríamos por ejemplo justificar por qué agregarle sal de mesa al agua de cocción de una pasta por ejemplo, hace que se cocine más rápido, por qué se emplea baño María para la cocción de un flan o cuál es la ventaja de colocar sal al hielo para conservar las bebidas frías en un picnic…

La química está en todas partes, se encuentra indiscutiblemente inmersa en la vida cotidiana, y es ésa la razón fundamental de la posibilidad de su abordaje transdisciplinario.

Este artículo ejemplifica la factibilidad de impartir cursos que ya se imparten de forma presencial a impartirlos como clases en línea a nivel in. Es intelectualmente importante porque uno de los objetivos principales de este trabajo es evaluar la efectividad de la educación en línea, basándose en la premisa que los estudiantes tienen diferentes estilos de aprendizaje, por lo que es necesario construir cursos que atiendan a los distintos enfoques de aprendizaje. Estos resultados se lograron a través de implementar la metodología 4MAT que por sus siglas su significado es Motivación, Adquisición, Práctica y Extensión. Para el caso de estudio se impartió un curso en línea de la carrera de Ingeniería Automotriz en la asignatura “Programación de Sistemas Inmersos” del El Instituto Politécnico Nacional (IPN). A través de este estudio se pudo observar que siempre y cuando se implemente una metodología que tome en cuenta los estilos de aprendizaje de los estudiantes es posible que la educación en línea se eficaz.

¿Sólo los científicos hacen ciencia?.¿Es la Química reservada para unos pocos?. La respuesta claramente es no. La química se encuentra inmersa ineludiblemente en la vida cotidiana, toda la gente común hace ciencia a diario, aunque no sea consciente de ello, razón por la cual sería muy deseable que la aproximación a los conocimientos básicos de esta disciplina que fundamenta todo lo observable, sea accesible para todos. Sin embargo, la enseñanza de la Química enfrenta a menudo grandes obstáculos, derivadas por un lado de su complejidad intrínseca, relacionadas fundamentalmente a la invisibilidad de las partículas que componen la materia y por ende de la necesidad de realizar procesos de abstracción para su comprensión; y por otro, el imaginario popular que apunta a lo inalcanzable que puede resultar su aprendizaje por ser una disciplina difícil de abordar. En el marco de un proyecto exploratorio que tiene como objetivo desarrollar habilidades de comunicación transdisciplinaria en estudiantes, generado por el Dr. Nagib Callaos (fundador de la International Association for Transdisciplinary Communication y de y de la Asociación Iberoamericana para la Comunicación Transdisciplinaria), se pretende visibilizar algunos temas básicos de la química, como lo son las reacciones químicas, empleando elementos y sustancias de uso cotidiano en la vida diaria. Se espera que el propio estudiante despliegue competencias necesarias para este tipo de comunicación y que a la vez pueda resultar eficaz e interesante para personas ajenas al área de la química.

El diseño instruccional en la educación tradicional se centra en alcanzar objetivos de aprendizaje establecidos. En función de los objetivos se determinan los contenidos, los materiales, las actividades de aprendizaje que debe desarrollar el alumno y las formas de evaluación. Este modelo se basa en el logro de los objetivos de aprendizaje, sin considerar la satisfacción del estudiante con la experiencia durante el proceso.

Con el progreso de las tecnologías de información y comunicación TIC y la educación en línea, ha surgido un enfoque innovador conocido como Diseño de Experiencias de Aprendizaje (LXD, del inglés Learning Experience Design), que se concentra en crear experiencias educativas atractivas y significativas para los estudiantes. Este enfoque emplea técnicas como el diseño centrado en el usuario y el aprendizaje activo. Es aplicable en educación en línea y entornos híbridos o presenciales.

El objetivo de este artículo es presentar el modelo LXD, como una alternativa para mejorar el aprendizaje con el diseño de experiencias satisfactorias para el estudiante y destacar la importancia de la comunicación transdisciplinaria en el proceso de diseño LXD.

La química proporciona una comprensión fundamental del mundo material, similar al papel de las matemáticas en el razonamiento cuantitativo y de la música en la expresión emocional. Enseñar sus conceptos básicos desde edades tempranas puede ayudar a los niños a entender su entorno físico, tomando decisiones más informadas y responsables en su vida diaria.

Aunque comúnmente se asocia la química con sustancias y reacciones, su alcance incluye aspectos cotidianos como el funcionamiento del cuerpo, el medio ambiente, y la fabricación de productos. Incorporar principios químicos en la educación temprana, a través de analogías y metáforas basadas en el entorno real, puede estimular habilidades cognitivas como el pensamiento analógico, la imaginación y la resolución de problemas, beneficiando tanto a estudiantes como a educadores.

El uso planificado de analogías y metáforas facilita el desarrollo de la cognición superior, ya que estas herramientas integran diversas partes del sistema nervioso, aumentando su complejidad y generando propiedades emergentes compartidas entre las diferentes partes del cerebro. Ello contribuye al desarrollo intelectual sistémico continuo, preparando las redes neurales del cerebro desde una edad temprana para procesos educativos avanzados y aprendizaje a lo largo de la vida.

Si bien existe preocupación sobre la seguridad en prácticas experimentales, ello se remedia limitando la enseñanza de la química a temprana edad a métodos no experimentales con ejemplos cotidianos, analogías y metáforas. Adaptar contenidos a las capacidades cognitivas de los niños permite que la enseñanza de la química sea efectiva y fomente una base sólida para su futuro desarrollo intelectual.